Florencia
Qué difícil encontrarse
no hay reflejo desde tu partida
solo quedan
partidos vidrios donde camino ciego
Cuánto desgarrarse las noches
mensajes de ceniza cayendo en los ojos
Esperanza se desangra en los labios
de tanto lucharle a la realidad
Cómo corre el tiempo
ahora que no puede mirarte para descansar
con sus lanzas de crueldad apuñalando
sin tu pureza que logra calmarlo
No duerme la luna
No despierta el día
todo se ha vestido
de frío limbo
y lejanía
Aquí bicho,
en estos libros sin aroma
contra esto
palabras difusas dibujando tu figura
que se asoma por las ventanas del recuerdo
El espejo de mi alma
revelando esa llama interna idéntica
La canción en distintas transmisiones
sincronizada, inexistente, imposible, nuestra
La flor de mis oscuros caminos
limpiando los venenos con su cantar
Tan ausentes ya
Ya nada, solo distancia
Mi horizonte reluciente
Mi estrella perdida guiándome
Qué difícil este respirar
sin el aliento que da tu poesía
El mundo se vestía de ternura y horror
con las ropas de tus prosas
ahora: desnudo y silencioso
Es que te quiero tanto
te quiero ridículamente
hasta ningún lugar
y ahí...
Se quiebran las palabras
Nace ese silencio,
separados por oleajes de café
con el sol recostado en el mediodía
-expectante-
y esa bufanda amarilla
abrazándonos los dedos
Cómo sangra la memoria
dibujando tus nombres en el suelo
Qué difícil todo este negro
sin Blanca para equilibrarlo
¿Dónde estarás triste noctámbula?
¿Cuántas noches nos separarán?
Mi reloj sigue intacto
con tu lágrima fresca
dibujando las horas
avanzando esperanzadas
de tropezarse con tus pies
y volver a estancarse
en ese río donde se juntan
nuestros puentes
Pero hoy no,
hoy nada
nada queda mi amor
y por nada digo todo
todo será
quizá mañana
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