Tres sonetos de juegos fonéticos
V
Rejunte, en el insomnio, de sílabas
mi forma de embarcarme en el sueño
Mil horas madrugales que desdeño
Reluce la melodía que silbas
Repuse mi navegar en las sillas
Mirlo negro, esta noche sé mi dueño
miro a tus eternas alas con empeño
recurse así al descanso de miradas
Minos -tú- de mi cretense mente que
repunte -quizá- a mi encuentro con Godot
Mito teatral, crecientemente por Beckett
Reduce, oh pájaro, el mundo y todo
microcosmos frenético y me ubique,
rehúse y abandone esta vigilia
VI
El milenio nocturno se nos cuela
resiste amado en anclada ausente
reviste a la noche cansada aún ente
Té, silencio concluso, beso, vuela
Ten mi reino, sol mudo, llegó tu vela
bebiste hasta volver sana a la muerte
Persiste al gran llover, camarada fuerte
Desfile mío -oscuro- temo duela
Ve, mire lindo con humos que no vuelvan
Temible hada ¡Oh espada! nada tu temes
esgrime fino ¡Con furor! que no llueva
Decir "nevada con escarcha, cada luz quemen"
Surrealismo de madrugada interno
fonéticos juegos a ver si duermo
VII
Sin armaduras para la vida cruda
Vestido diáfano-alba sobre el cuerpo
Vestigios de mi alma sobre el no-tiempo
Cine interno acromático en duda
Sintaxis desordenada que suda
Ves timones trémulos, yo discrepo
Vestiglos a enfrentar, mi pasatiempo
Sin voz la luna, pero nunca muda
Sol saliendo, mis ojos van ardiendo
Tanta negrura en el cuerpo es pirexia
Zorzal ¡Calla! a tu infierno voy yendo
Tan tambaleante está el aire fucsia
Sobras salobres de estos ojos riendo
Tanto tantear el pecho me asfixia
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