Pesada inexistencia con la que cargo
" los puentes de mi conciencia
están desplegados de sus extremos
y flotan en el aire tibio
como cosas dispersas
unas tremendas manos vacías
sobresaltan mi soledad
haciéndola aún más inexistente
pronunciando a tientas
las sucesivas muertes de mi alma
mi alma de jarrónhoy veo solo la espuma sobre la que retozan
los enternecidos desechos de mi esqueleto"
Inexistente Existiendo
Solo puedo escuchar
las palabras que rebotan en bucle
-se chocan, explotan y vuelven-
en las paredes de mi soledad
de mi alma suplicante
Palabras preguntas
"¿Cómo desaparecer por completo?"
-alquimia del dolor sobre el lenguaje-
pobre alma reclusa
del cuerpo de la depresión
El espejo empañado de lágrimas
donde busco mi imagen
-imagen perdida por intentar vivir-
y ya no tengo brazos para limpiarlo
y ya no tengo sangre para justificarme
Cárcel de pensamientos
en forma de dagas oxidadas
-desmembrándome la existencia-
punzantes y contaminantes
caminantes del desfile de mis incontables muertes
Si tan solo desangrarme sirviera de algo
muerte invisible que siempre me viste
-rodeado de tanto ojo indiferente-
flores que llegan para este muerto
pero corresponden a otro
Quizá el refugio teñido de arte...
No, tampoco
-insalvable-
Nunca fui correspondido con la vida
solo un inexistente existiendo
En vano
El cansancio vuelto carne
piel derruida
desarmado
con el alma cortándose por el viento
tanto tantearme con el tacto
los huesos ya sin peso
los golpes que olvidaron sobre mi piel
y siguen tan tangibles
tan presente
ese entero eterno bucle
imposible seguir soportando
pérdidas y pérdidas
luchas en vano
puentes que intento levantar a solas
con mis torpes manos
Pupilas manchadas de sangre indeleble
Papilas del gusto impregnadas de amargor
Dermis con el tacto cansado y disfuncional
Fosas muertas sin colores de perfumes
el silencio de cuerpo tangible
abrazándome fuerte
solo escucho las patadas
de las palabras en la garganta
quejándose porque no quieren salir
porque nadie se va a animar a verlas
Imposible tomar vuelo
si todavía tengo el recuerdo
-pegado a la piel-
de cómo cortaban mis alas con su odio
idiota pájaro de fuego
que no sabe salir de sus cenizas
por miedo a la costumbre
del baldazo de agua helada
ya solo fumo y me cubro en niebla.
con este humo me disparo cual arma,
así consumo lo que queda de mi alma.
número nulo que esta noche me habla.
paracaídas que mi cielo nubla,
caída en la parca, tal vez es mi karma.
soy esa barca perdida en buscar calma,
silencio que abarca el dolor y lo dobla
mi sangre que el lápiz ahora narra,
color ocre de este corazón torpe,
mediocre herrumbre que no se borra.
mariposas no llegan, siempre sierpes
y serpientes que mi cuerpo hieran.
si me vieran escaparía de la muerte
IX
Decenas de sucesos: excesos,
decesos, descensos a mi locura
Irreparable e irremediable cura
¿Ser docente decente? No hay huesos
Tan densos los celos, quizá pluviosos
empapado en par ordenado, dura
vida de imaginaria estructura
¡Ruinas! un extenso nervio tan tenso
Onomatopeyas de huellas ausentes
Aún te espero, pero sé que no hay roce
de mí por tu mente ¡Oh, perdido ente!
Tan inerte por la muerte espero
Espero el espeso llegar del goce
de tu amor a mordidas primero
X
El vacío cenicero ansío llenes
Tanto hastío tan sincero me incinera
encerrado encima de tu espera
Danza de la esperanza ¿Por qué no vienes?
Viernes moribundo de mi mundo eres
en contraste encontraste la manera
de verter mi quimera y ver la cólera
¡Que no beba la morena pesares!
Pesadez pegada a la nevada
En el desierto, siento congelarme
Con hambre miento a las queridas hadas
Azada de la parca va a matarme
y sembrar hebras blancas en el cielo
-Algo anda volando hacia el frío hielo-
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